Una caricatura para cada desgracia: la vida de John Callahan llevada al cine
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En esta época en la que ya que tenemos estrenos cinematográficos exclusivos por streaming, una variada cartelera en los cines y un apetito cada vez más grande y cada vez más difícil de satisfacer por ver algo que llene nuestras expectativas, nos encontramos con el problema de no saber qué cinta elegir entre tantas opciones.
Si bien es cierto que las películas con grandes producciones están rompiendo récord en taquilla y que todo mundo habla de ellas en las redes sociales, también es cierto que hay opciones más modestas que pueden superar las emociones y expectativas de muchas personas, un ejemplo de ello es Don’t Worry, He Won’t Get Far on Foot, una gran película que ha pasado algo desapercibida y que desde el título demuestra el humor con que ve la situación de su protagonista.
En noviembre de 2016 el director de la cinta, Gus Van Sant se reunió con el actor Joaquin Phoenix para la realización de la película sobre la vida del caricaturista John Callahan (1951 – 2010), quien comenzó a beber a los doce años buscando mitigar el dolor que le había provocado una abuso sexual reciente y después de sufrir un accidente automovilístico a los 21 años quedó parapléjico.
Después del accidente y una dolorosa rehabilitación, tanto física como de AA, comenzó a desarrollar su talento como caricaturista, tratando siempre de reflejar temas sobre enfermedades terminales, discapacidades, y en general lo que pudiera incomodar a quienes veían con lástima a las personas con este tipo de problemas. Con el paso del tiempo, Callahan aprendió a tener un humor ácido sobre lo que veía, sobre las personas que conocía y sobre todo de las dificultades que vivía, característica que lo hizo destacar.
El guión está basado en su autobiografía y, empezando por ahí, la cinta respeta por completo la historia real, su esencia, su crudeza, sus matices y los detalles que la hacen única. Un gran trabajo actoral se ve plasmado cuando nos transmite desde la euforia del alcoholismo, la inconsciencia, la falta de identidad, la impotencia, la toma de conciencia, el perdón y la fuerza de voluntad, entre muchas otras cosas.
Esta película lo tiene todo en cuanto a trayectoria del personaje se refiere, de manera orgánica te hace pasar por todos los sentimientos que quizá tenías olvidados y no con tintes moralistas, sino pintando las cosas tal y como son; si te caes, te levantas… si no puedes hacerlo es porque quedaste en una silla de ruedas, ¡pero no significa que sea el fin del mundo!