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Mujer, ¿a qué le temes?

mishelle.masri 28 febrero, 2020

“Haz una cosa al día que te de miedo”.
Eleanor Roosevelt

En estos días en que mucho de mi interior ha tenido un gran movimiento me quedé pensando sobre el miedo. Muchos pensadores y psicólogos lo han tematizado. Uno de los más importantes fue Martin Heidegger, para él, el miedo merece una particular atención, puesto que se funda en la angustia. Pero el miedo es un tipo particular de temor, porque, nos dicta, se ubica en medio de un conjunto de relaciones significativas, es decir, tiene un objeto. El miedo siempre es ante algo. Hoy, ante la ola de violencia que vivimos las mujeres y que estamos apenas comenzando a visibilizar, nos preguntamos: ¿ante qué?

El miedo lo paraliza todo, el miedo es el que no te deja hablar, el que no te permite lograr todo lo que tú anhelas. A mí me daba mucho miedo compartir mi historia, compartir mi sombra, pero en estos meses he conocido mujeres, mujeres con las que conecto, con las que tengo la sensación de que conozco hace tanto.

En el 2020 llevamos 266 feminicidios y a mí me salta el corazón y se me paraliza el espíritu, me invade la tristeza porque yo comprendo, porque soy empática respecto a este tema porque en carne propia he vivido violencia de género y se y entiendo la diferencia entre un homicidio y un feminicidio.

Ambos terribles, ambos dolorosos pero es que en un feminicidio viene algo mas, son las ganas de matar a una mujer sabiendo que no se puede defender.

Duele el corazón tal vez porque lo veo como algo tan cercano y de pronto pienso en el tema de la marcha y del paro, y puedo asegurar que en mis treinta años de vida jamás había visto una unión tan genuina, una unión que han tratado de tumbar y que no pueden derrotar, y que jamás van a poder. Muchos han tratado de coptar nuestras acciones para esto una lucha de partidos, a ellos les decimos que luchamos por la justicia, por nuestra libertad y el ejercicio de nuestros derechos, y jamás por un ideal político que solo lastima generando bandos y luchas de poder que no nos conducen a nada.

Por eso, a ti político, te pedimos no hables por nosotras, no te dejamos porque esto no tiene nada que ver contigo. Aquí solo hablan las mujeres desde su condición más propia, sin importar cualquier otra cosa. Una unión de mujeres, para mujeres, con el fin de conquistar sus derechos y hacer justicia, cambiar la cultura, decir no más, gritar ya basta, llorar, tomarnos de las manos y hacer, por fin, el cambio de paradigma que nuestro país necesita.

Esto tiene que ver con nosotras, tiene que ver con Fátima, con Ingrid, Raquel, Maria, Mónica, por solo mencionar unas pocas.

Esto tiene que ver conmigo, con mi vida, con la de mi madre, mi abuela, mi hija, mi sobrina, mis amigas.

Esto tiene que ver con la libertad que merecemos ejercer todas, de poder andar por dónde queramos, a la hora que queramos y vestidas como queramos.
Con este texto quiero transmitirte que no tengas miedo porque no estás sola y porque por lo menos yo, no me vuelvo a callar, no vuelvo a sentarme y guardar silencio.
No tengas miedo porque los que deberían de temernos son ellos, los que tienen ganas de hacernos daño.

Es momento de alzar la voz, de compartir, de exigir nuestro derecho a la vida y a venir sin miedo, sin miedo a que mis amigas no regresen a su casa, sin miedo a yo no regrese, o que mi hija no regrese.
Estoy segura de que si gritamos juntas, de que si gritamos fuerte nos van a escuchar, estoy segura de que vamos a poder.

Sal este 8 de Marzo a marchar, no tengas miedo, estamos juntas.
Frena este 9 de Marzo, haz un simulacro de cómo sería la vida de los que te rodean sin ti.

No queremos que ninguna nos vuelva a faltar jamás. El miedo de una mujer es ante la ausencia, ante la falta, ante la muerte. Por eso el 8 marchamos juntas, y el 9 desaparecemos todas.

Te mando un abrazo tan fuerte que te rompa los miedos. Somos lo que logramos y lo que superamos juntas.