Hugo Laurencena nos invita a buscar nuestra propia esencia en esta entrevista
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¿Cuál consideras que fue tu primer acercamiento a las artes?
Trabajé en publicidad, fui director creativo de McCann Erickson durante muchos años y a partir de la publicidad comenzó mi inquietud. Yo era pintor de weekends ( fines de semana ), trabajé en publicidad desde muy chico en Argentina y ya luego me fui a abrir agencias en Venezuela primero y luego en Nueva York, donde viví 20 años y luego 5 años en Miami, antes de mudarme aquí. Desde chiquito me la pasaba dibujando en el piso como a los 4/5 años, esa es a la edad que más o menos que uno empieza a poder dibujar algo.
¿Qué te impulsó a seguir la corriente hiperrealista?
En un principio comencé haciendo surrealismo, pintaba objetos en situaciones surreales, nada que ver con el hiperrealismo que comencé a hacer después. Me enganché con esta corriente hiperrealista norteamericana que se hace a partir de una fotografía, que también tomo yo, y ya a partir de ahí pasó al óleo. Mi obra es en realidad realismo, no hiperrealismo, por que cambio el objeto de su hábitat natural, lo llevó a una situación metafísica. El hiperrealismo es más una copia de una foto tomada, así nació en California, de copiar una foto. Comencé limpiando el objeto, poco a poco fui abstrayéndolo de su ambiente, hasta que se volvió realismo más que surrealismo.
¿Tienes algún proceso creativo? ¿Qué te inspira a hacer tu arte?
No, en realidad mirar, saber mirar objetos, cine, fotos, libros, caminar, ver cosas. Usualmente dibujo objetos pequeños, es raro que sean cosas más grandes que una pelota de fútbol. Lo que hago es que los llevo a un plano mucho más grande, esa es una característica de mi trabajo. Cada objeto que pinto lo llevo 5 o 10 veces más grande de lo que es. Es una marca mía. Sí tengo un proceso previo, a veces hago dibujos de objetos que pienso qué pueden ser y de ahí paso a la fotografía. Fotografío el objeto de muchas maneras y escojo la que más me gusta.
¿Tienes algún ritual a la hora de pintar?
No tengo tanto un ritual para pintar, trato de verlo como una semi-disciplina, trabajo casi todos los días, incluyendo fines de semana y días feriados, pero a veces me gusta viajar, me gusta escaparme, pero me gusta tener mi rutina y verlo como una disciplina. Me siento y le pido a no-se-quién que me mande inspiración. Es mejor estar tranquilo, sin preocupaciones, que es algo muy difícil de lograr. Me invento mi propio mundo, pongo mi música, o veo libros, veo una película, lo que sea para alejarme del mundo y ya después me tomo mi tiempo para trabajar. Si me llega a pasar que me sienta bloqueado, pero la única forma de luchar contra eso es trabajando, si te quedas ahí estático te gana. “El miedo no existe, el miedo es una idea, todavía no has hecho nada y tú solo te pones límites”.
En tu opinión, ¿cuál es el elemento esencial en una obra de arte?
En principio casi todo es una obra de arte, básicamente cada obra que un artista hace es única, una sola pieza, no hay dos iguales. Así sea una copia de una copia, nunca va a ser igual. Nada en este mundo es igual a otra cosa. Una pieza es una pieza, eso lo hace arte. Luego entran las discusiones de que si es válido o no, pero eso no me queda a mi discutirlo.
Para mí es muy importante tener una marca propia, tener un Brand. Ejemplos hay muchos, pero por decir algo, cuando se ven dos desnudos en un museo y es la misma mujer, tú al verlos sabes cual es un Picasso y cual es un Modigliani, aunque sea la misma mujer. No importa “lo que” si no “cómo”, no importa lo que se escriba, si no cómo se escriba, no importa lo que se fotografié si no cómo se fotografíe.
¿Por qué decidiste quedarte en México?
En principio por amigos, tengo muchos amigos en México, me visitaban mucho cuando trabajaba en Nueva York y luego en Miami. En el 2000, cuando encontré un contrato de trabajo aquí, me mudé. La gente es la que hace un país, no solo los paisajes. Ya después me casé y tengo una hija de 13 años, Manuela que adoro, por lo que ya me muero aquí, ya soy Mexicano.
¿Consideras a otros artistas como inspiración o influencia?
Varios, pero básicamente los flamencos, los Holandeses, Van Dyck, Van Eyck, etc., eso en cuanto a técnicas. En cuanto a los contemporáneos al que más sigo es Gerhard Richter. Él es como mi artista favorito, me encanta su obra. Es un monstruo, es fantástico, también comenzó a muy temprana edad, tiene como 85 y está muy vigente todavía, al principio empezó como con un constructivismo geométrico. Muchas de las cosas que hizo Damien Hirst están inspiradas en él, sobre todo los lunares y los cuadrados de colores, eso es con lo que comenzó Richter, y luego pasó a un realismo casi fotográfico, ahora está completamente pirado. Hace una base que es completamente fotográfica y luego la barre como si fuera una polaroid, con unas espátulas gigantes, deja todo movido como si estuviera fuera de foto.
¿Cuál es tu opinión sobre el arte mexicano en la actualidad y sus respectivos retos respecto al ámbito internacional?
México está muy fuerte en este momento, en cuanto a difusión de artistas y en cuanto a reproducirse, se reproducen como cactus. Claro la competencia cada vez es mayor, pero por otro lado también cada vez es más multifacético, hay mucho artista de todo tipo. Geográficamente está muy bien ubicado, por lo que siempre está siendo mirado por otros países. Tiene figuras muy grandes en la pintura y en el arte en general, algunos discutidos, otros no, pero siempre mirados. México realmente está en una buena posición en este momento y poco a poco se va decantando, lo que sirve y lo que no sirve. Su feria de arte es cada vez más reconocida en el contexto latinoamericano, quizá aún no al nivel de otras ferias internacionales, pero ya están ingresando poco a poco. Cada vez hay más artistas de renombre internacional.
En este momento todo esto está en un estado de ebullición, yo creo que esto en México ha comenzado hace poco, es relativamente nuevo este tema del artista institucionalizado, el artista ya establecido. Antes a los artistas se le consideraban locos. Ahora está mucho más profesionalizado, cada vez es más serio, antes había un mal manejo de esta situación, siempre el artista era el que salía perdiendo. Hoy en día es como una competencia entre galerías y artistas, así como con el mundo y las galerías internacionales. La mass media ha hecho que muchas fronteras se cortaran, hay artistas jóvenes que han mostrado obra en varios países diferentes, es algo que antes no era tan común.
Siempre hay un filtro, no necesariamente lo hacen los curadores si no nosotros como mercado, siempre hay muchas controversias con un montón de líneas a llevar. Sin embargo, en los museos se sigue pagando para ver un cuadro. A cada tanto hay un filtro que va marcando una tendencia y se va depurando, con el tiempo cosas que no tienen sentido llegan a perder el sentido completamente, y otras que de alguna manera son innovadoras también van creciendo y se van puliendo.
¿Además de la pintura, qué otros tipos de arte te inspiran?
El fútbol… (ríe). El cine, la fotografía en movimiento, también la fotografía me gusta muchísimo, sobre todo la fotografía análoga. Trato de trabajar en análogo casi siempre, porque es más sólido para mí, aunque cada vez es más difícil. Los grandes fotógrafos del mundo de subastas y demás, todos trabajan en análogo. También me encanta el fashion y la publicidad.
¿Qué consejo le darías a alguien que está comenzando y se quiere dedicar al arte?
Yo creo que en principio hay que encontrar el camino, decidir qué se quiere hacer, si pintura, música, foto, y lo mejor para eso es documentarse, ver todo lo que hay, buscar obras, exposiciones, viajar. Hoy en día hay tutoriales en todas partes para comenzar a aprender y de ahí siempre estarse checando. Pero, sobre todo, lo más importante, insisto, es tener tu propia marca.
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